La autonomía es comprendida como “la capacidad de las personas para tomar decisiones libres e informadas sobre sus vidas, de manera de poder ser y hacer en función de sus propias aspiraciones y deseos en el contexto histórico que las hace posibles” (CEPAL, 2011).
Por lo que la autonomía es esencial para que nosotras las mujeres podamos ejercer plenamente nuestros derechos humanos. Esto incluye tener control sobre nuestro propio cuerpo (autonomía física o corporal), la capacidad de generar ingresos y recursos (autonomía económica), y la participación activa en las decisiones que afectan nuestras vidas y comunidades (autonomía en la toma de decisiones). Estos tres pilares son fundamentales para alcanzar una mayor igualdad de género.
Para que las mujeres tengamos autonomía, es crucial que podamos tomar decisiones libres sobre nuestras vidas en condiciones concretas. Esto implica liberarnos de la responsabilidad exclusiva de las tareas reproductivas y de cuidado, garantizando el ejercicio de nuestros derechos reproductivos. Además, es vital que participemos plenamente en la vida política del país, a todos los niveles de toma de decisiones. En consecuencia, es necesario adoptar medidas que aseguren la igualdad en la toma de decisiones y que promuevan una vida libre de violencia para todas nosotras.
La autonomía de las mujeres suele conceptualizarse en 3 dimensiones:
1.- Autonomía Económica: Se refiere a nuestra habilidad para obtener ingresos y recursos propios mediante el acceso a trabajos remunerados en igualdad de condiciones con los hombres. Esto también incluye la consideración del uso del tiempo y nuestra contribución a la economía.
2.- Autonomía en la Toma de Decisiones: Se refiere a nuestra inclusión en todos los niveles de los poderes del Estado y a las acciones dirigidas a fomentar nuestra participación plena y equitativa. Esta autonomía implica que nosotras participemos activamente en las decisiones que impactan nuestras vidas, así como las de nuestras familias, comunidades y la sociedad en general.
3.- Autonomía Física o Corporal: Es la capacidad de decidir sobre mi propio cuerpo en cualquier momento y lugar, sin miedo a la coacción, la discriminación, la violencia, o a que alguien decida por mí. La autonomía física o corporal se manifiesta en dos dimensiones que abordan problemas sociales significativos: el respeto a los derechos reproductivos de las mujeres y la violencia de género.
- La autonomía física implica la libertad de tomar decisiones sobre la sexualidad, la reproducción, y el derecho a vivir una vida libre de violencia.
EL PODER DE DECIR “SI” Y EL DERECHO A DECIR “NO”
El logro de la autonomía física o corporal depende de la igualdad de género y de la ampliación de las opciones y las oportunidades para las niñas, adolescente y mujeres.
Autonomía Corporal y Salud
La capacidad de decisión es sinónimo de poder, y ninguna decisión es tan importante como las relacionadas con el propio cuerpo.
El derecho a la salud incluye la capacidad de decidir por nosotras mismas, buscar y recibir información, y acceder a servicios de salud reproductiva y sexual. Esto está reconocido por la ONU (Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de las Naciones Unidas, 2016).
Disfrutar de la salud sexual y reproductiva es esencial para nuestra autonomía y está estrechamente ligado a nuestros derechos civiles y políticos, que protegen nuestra integridad física y mental. Tener la libertad de tomar decisiones responsables sobre nuestro cuerpo y salud, sin violencia, coacción ni discriminación, es fundamental.
Poder decidir sobre nuestra sexualidad, anticoncepción y salud reproductiva nos da muchos beneficios: mejor salud, independencia económica, más tiempo libre y menos riesgo de sufrir violencia de género. Si decidimos tener hijos, es más probable que ellos también gocen de buena salud (UNFPA, 2020e).
Como se señaló en la Plataforma de Acción de Beijing: "La salud de la mujer también se ve sujeta a discriminaciones por motivos de género en el sistema de salud y por los servicios médicos insuficientes e inadecuados que se prestan a las mujeres."
“Un consejo para cualquier trabajador de la salud sería tener empatía”
La autonomía requiere información
“Las mujeres debemos saber cómo funcionan nuestros cuerpos, para que podamos tomar decisiones por nosotras mismas y evitar que otros las tomen por nosotras”.
Ejercer la autonomía corporal no solo implica la capacidad de elegir libremente, sino también de tomar decisiones informadas basadas en un análisis cuidadoso de los hechos y opciones disponibles. Las mujeres con un mayor nivel educativo tienen más probabilidades de tomar decisiones autónomas sobre el uso de anticonceptivos y la atención médica, además de poder negarse a mantener relaciones sexuales. En contraste, una mujer con un nivel educativo inferior al de su marido o pareja es más propensa a sufrir violencia sexual. Asimismo, hay una correlación entre el acceso de las mujeres y niñas a los medios de comunicación de masas y el uso de anticonceptivos, así como la búsqueda de atención médica (UNFPA, 2019).
Disponer de información precisa sobre el propio cuerpo y salud es indispensable para ejercer la autonomía corporal
La Interrelación de las Autonomías
Las diferentes formas de autonomía están conectadas entre sí, formando un sistema complejo que no se puede entender ni abordar por separado. Las autonomías deben ser vistas en conjunto, considerando sus relaciones e interdependencias. Esto nos permite entender mejor los mecanismos que contribuyen a la desigualdad entre hombres y mujeres.
Estas interrelaciones muestran la necesidad de un enfoque integral para lograr la igualdad de género y asegurar nuestra participación en el desarrollo sostenible. La idea de nuestra autonomía también nos ayuda a reconocer la desigualdad estructural y los patrones culturales históricos que nos han puesto en una posición de subordinación, basados en lo que se conoce como contrato sexual (Pateman, 1995), un mandato social que dictaba cómo debíamos ser.
Mi cuerpo me pertenece
En conclusión, es vital que todas las mujeres nos cuestionemos sobre nuestra propia autonomía y reconozcamos la importancia de la autonomía corporal. Conocer y entender cómo funciona nuestro propio cuerpo no solo nos empodera, sino que también nos da el control y la capacidad de tomar decisiones informadas sobre nuestra salud y bienestar. ¡Así que, chicas, no duden en informarse, preguntar y reclamar su autonomía! Recuerden que cada paso hacia el conocimiento y la libertad es un paso hacia una vida más plena y equitativa. ¡Vamos a celebrar nuestra autonomía y a seguir avanzando juntas!
Bibliografía
Estado de la Población Mundial 2021: “Mi cuerpo me pertenece: reclamar el derecho a la autonomía y la autodeterminación”. UNFPA América Latina y el Caribe. 2021. Disponible en: https://lac.unfpa.org/es/publications/estado-de-la-poblaci%C3%B3n-mundial-2021-%E2%80%9Cmi-cuerpo-me-pertenece-reclamar-el-derecho-la
Las Autonomías de las Mujeres “El Reconocimiento del Sujeto de Derecho. Documento de la Capacitación. Flacsolab.cl. Disponible en: https://flacsolab.cl/wp-content/uploads/2021/11/Las-Autonomias-de-las-Mujeres-1.pdf